• Habla lo menos posible.
• No ofrezcas un brindis.
• No le quites piezas a tu vestuario, en el caso de un caballero ¡déjate la corbata!
• Llama a un taxi y márchate lo antes posible. No manejes.
• Cuando llegue el momento de “caminar” ponte metas: primero llegar a la próxima mesa, luego a la puerta, luego a las escaleras, etc.
• No intentes acercarte al anfitrión para agradecerle.
• Al día siguiente llama al anfitrión, envíale un correo electrónico o envía una tarjeta manuscrita dando las gracias por la invitación.